martes, 23 de junio de 2009

Cuando hay ataques de histeria descomunales;
cuando uno siente que debe mantener lejos todo elemento punzocortante para no matar a cuanta persona se le cruza;
cuando la felicidad ajena te asquea y te pone peor;
cuando estás deseando convertir el cuartito de guardar la aspiradora en un lugar de paredes acolchadas para gritar a cuatro vientos sin que te tomen por loca;
cuando crees que el mundo ese día está en tu contra;
cuando tenés ganas de ir a un almacén y decir "hola si, me da un kilo de autoestima?";
cuando te encanta y a la vez detestás sentirte tan anormal;
cuando a todo le querés poner como respuesta Y CUÁL ES EL PROBLEMA SI ESTOY DE MAL HUMOR? y debés agregar que Andrés ya se fue por lo que no debería influír;
cuando en vez de ver todo color de rosa, lo ves rojo (sangre, no precisamente pasión) o un azul eléctrico;
cuando tenés ganas de mandar todos a la concha del mono, incluyéndote a vos misma;
es ahí cuando se debe decir:

Deja la careta de carita felíz de lado y admitilo,
HAY
TAL
CRISIS.

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